“El estrés solar provoca una deshidratación y alteración del ADN con efectos impredecibles. Es importante recuperar el equilibrio metabólico de la piel para restaurar el manto epicutáneo. Dependiendo de la edad y del daño solar causado utilizaremos diferentes tratamientos”.
A partir de los 30 años.
Es cuando comienzan a aparecer los primeros signos del envejecimiento y los efectos del verano se traducen en pérdida de luminosidad, deshidratación y líneas de expresión, es el momento de empezar con tratamientos reparadores y preventivos:
Mesoterapia facial con ácido hialurónico no reticulado, no muy denso, con vitaminas y minerales.
Nutre y estira la piel, le da un aspecto terso y luminoso y evita la aparición de la flacidez. Para el tratamiento de fotoenvejecimiento contra los problemas provocados por el sol se realiza un peeling previo, de glicólico o láctico, muy hidratantes, para preparar la piel, exfoliarla y que la mesoterapia penetre mejor.
También es posible contar con algún tratamiento Láser para eliminar manchas producidas por el sol como lentigos solares, hiperpigmentación y melasma.
A los 30 funciona muy bien la Carboxiterapia para activar la microcirculación sanguínea y linfática y estimular la producción y reorganización de fibras de colágeno y elastina aportando mayor tonicidad y turgencia. Resultados: piel más fresca, renovada, juvenil y luminosa.
Llegados los 40 años.
Más o menos a esta edad es cuando se empieza a perder firmeza y tonicidad porque se ralentiza la renovación celular y la producción de colágeno, las arrugas son más acusadas y comienzan a aparecer los signos de fatiga en la piel.
A las sesiones de hidratación con mesoterapia podemos añadir Bioestimulación con factores de crecimiento.
Los factores de crecimiento son unas proteínas solubles encargadas de transmitir señales a las células, para que éstas empiecen a formar tejido nuevo y para promover el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos.
La ventaja es que son autólogos, es decir, del propio paciente, y no producen rechazo.
En esta década es recomendable empezar de forma preventiva con Hilos tensores PDO que estimulan el tejido y regeneran la piel creando colágeno y fibroblastos, además tensan y redensifican. Son reabsorbibles y biocompatibles, y los resultados son progresivos y naturales, alcanzan la plenitud a los 3 meses.
A partir de los 50 años.
Es la época de los cambios hormonales debido a la menopausia: se pierde elasticidad, la piel se reseca y se vuelve más fina, las arrugas de gesticulación están marcadas y puede ser que aparezca hiperpigmentación.
Se deben extremar los cuidados de hidratación y nutrición de la piel y activar la regeneración celular con productos específicos antiedad con vitamina C, y comenzar a utilizar ácido retinoico o glicólico por las noches.
Además de los tratamientos recomendados a los 50 años, se aconsejan también tanto para rejuvenecimiento facial como para eliminar manchas producidas por el sol como lentigos solares, hiperpigmentación y melasma, el láser CO2 fraccionado o un peeling químico con fenol.